sábado, 14 de enero de 2012

capitulo 22

Guerra entre mundos:
Cuando vi a Ernesto no pude evitar salir corriendo y abrazarlo. Me dio un beso y cuándo pensábamos que todos iban a reconciliarse alguien grito:
-Esto es un peligro la muralla tiene que ser reconstruida.
-Ese es el chico que entro a la cárcel ayer el que me dio la aspirina en el vaso para que me durmiera.
-Es un peligro están juntos
-¡Hay que separarlos ya!
-Pero si sólo son unos niños.
-Son un peligro.
En ese momento alguien me agarro por detrás, bueno no era sólo una persona era un bululú de gente, yo intentaba agarrarme de Ernesto y el intentaba sujetarme también pero entonces llego un mastodonte y nos separo a los dos.
-¡Ernesto!-grité-
-Lola te amo y nunca lo olvides.-me dijo él, en ese momento me puse a llorar-No llores princesa recuerda el collar. Nunca te separaran de mí.-lloré más fuerte y una mujer dijo-
-Tienen que dejar a la chica aquí y al chico allá, no pudo creer que vivimos con un espécimen y nadie se había dado cuenta. No quiero volver a verlo en mi vida. – cuándo la señora dijo eso se oyeron dos voces a la vez-
-Mi hija-dijo papá- no van a separarme de ella jamás-
-Mi hijo-dijo Isabel- no se lo lleven piedad- y rompió a llorar y mi papá se paso al otro lado de la muralla para intentar consolarla pero lo empujaron para que no se coleara-
-Cállese señora- dijo un policía- a su hijo nos lo llevamos pero ya
el policía se llevo Ernesto y me llevaron a mi también las mujeres nos separaron las manos de un golpe seco mi papá estaba llorando e Isabel también. En ese momento me puse a llorar más fuerte yo también Ernesto gritaba Lola te amo, te amo, te amo. Y nunca te extrañaré. No te preocupes te prometo que estarás bien y que nos volveremos a ver. Yo lloraba. Ese fue el momento más horrible del mundo. Me metieron en un carro, yo lloraba. Me llevaron a otra estación de policía y me metieron en una cárcel. Había una cama me recosté en ella y recé porque todo esto fuera una pesadilla y que terminara pronto, también recé porque mi papá estuviera bien también recé por Ernesto y por mis amigos, por supuesto también con Isabel. 

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