CONFECIONES:
-¿Emi?
-¿Mmm?-dijo con sus lentes de sol y me imagino que con los ojos cerrados todavía-
-Quisiera decirte algo.
-Claro lo que quieras- dijo ahora con la cara volteada hacia mí y quitándose los lentes-
-Bien, tú ya me contaste sobre tu familia y tu niñez y quiero que sepas un poco de la mía, ya que no te he dicho de la mía quiero que lo sepas- me miró con interés- bueno mi papá es un gran empresario es dueño de Chevrolet – me miró asombrada- Sí lo sé es difícil de creer, pero es la verdad. Bueno, a él sólo le importa el dinero y mi mamá es su socia, ellos dos son iguales. Nunca les importé, siempre peleaban por mi porque no sabían dónde dejarme, decían que yo era un estorbo- me interrumpió-
-Manu, tú no eres un estorbo. Para mi eres muy especial
-Gracias hermosa. Lo cierto es que cuando cumplí 16 le pedí a mis papás permiso para mudarme a una casa. Él dijo sí sin chistar y se emociono tanto con la idea de deshacerse de mi que me pago todo. Hasta me compró un carro y me da una muy buena mesada con la que he podido comprar muchas cosas.
-Dios Manu. Yo no puedo creerlo… nunca pensé que… lo siento.
-Está bien Emi. Lo bueno es que te conocí. Ahora me siento feliz y bueno satisfecho. Gracias por todo lo que me has hecho.
-Oh Manu y tú. También eres muy especial. Es decir me haces sentir en la nubes y… me haces sonrojar demasiado. Eres especial. Nunca conoceré a alguien mejor. –Fuck porque tenía que decir eso, eso me hacía sentir horrible ya que yo solo estaba jugando con ella-
-Emi. ¿Quieres ser mi novia?
-Claro Manu.
En ese momento yo la miré y ella me miró nos fuimos acercando poco a poco le agarré la cintura y nadie nos iba a interrumpir ya que no habíamos traído los teléfonos. Ella me agarro el cuello nos acercamos poco poco rozamos nuestras narices y…nos besamos. Ella besaba buenísimo. En ese momento me di cuenta de que de verdad sentía algo por ella. Quería tenerla en mis labios siempre la abrace más fuerte y ella me agarro el cuello y empezó a jugar con mi cabello. Amaba que las chicas hicieran eso, me parecía súper sexy. Por fin nos separamos y ella me miró y sonrió.
-Te quiero-me dijo-
-Y yo a ti preciosa.
Nos quedamos hablando y besándonos un buen rato hasta que dije:
-Linda, ya es tarde. Debemos irnos a la casa.
-Ok me parece bien.
Caminamos abrazados todo el rato y al llegar nos comimos unos sándwiches, vimos una película y nos fuimos a dormir, pero esta vez abrazados. Era como si no la pudiera soltar. Nos fuimos el Domingo a las 2pm para llegar temprano a la ciudad.
La deje en su casa y nos dimos un beso de despedida. Amaba sus besos. Ya la había conquistado ya la tenía ganaría la apuesta.
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