jueves, 23 de febrero de 2012

Capítulo 15

SE ENTERÓ:
Era jueves por la tarde estaba  con Emi en mi casa, la había visto casi todos los días, pero no sabía cómo decirle, ya sólo faltaban dos días para que se cumpliera la semana:
-¿Qué tienes Manu? Desde mi cumple has estado muy pensativo. A caso, quieres termi…- La corte chocando nuestros labios, no dejaría que dijera esa palabra-
-Nunca, pero…- no pude terminar sonó mi teléfono y era Luna, que raro nunca me llamaba creía que me había borrado después de lo que paso en la fiesta de que cumpleaños de Emi.-
-Hola ¿Manuel?
-Sí, soy yo- me fui a mi cuarto y cerré a medias la puerta- ¿qué quieres Luna?-Dije nervioso-
-Quería decirte que, aunque me parezca mal, he estado reflexionando desde lo que pasó en la fiesta y creo que no deberías decirle nada. Es decir, un hombre no llora por una mujer, a menos que ella sea muy especial para él y se te nota sabes cuándo la buscas al colegio se ve cómo la quieres, aquel día que la buscaste el día de su cumpleaños cuándo la cargaste y la besaste se notaba que la amabas de verdad. Así que te daré otra oportunidad.
-Gracias, yo la amo y nunca le haré daño después de esto. Esa apuesta fue muy estúpida jugar así con alguien tan especial como Emiliana.
-¿Qué?, Manuel que le dijiste a quién sea que este en el teléfono ¿Apuesta? ¿De qué hablas?
-Oh, oh- dijo Luna- creo que mejor te dejo, espero que esto no termine mal. Chao.
-Chao. Emiliana yo…
-¡No! ¡NO QUIERO QUE EMPIEZES A EVADIR EL TEMA DICIENDO QUE ME AMAS Y TODO ESO, QUIERO QUE ME EXPLIQUES QUÉ ESTÁ PASANDO! ¡¿OK!?
-Ok- dije muy triste- Lo que pasa es que-suspiré- yo jugué contigo.
-¿¡Qué!?- dijo esta vez con voz muy dolida- ¡QUÉ TÚ QUÉ!
-Déjame terminar, Diego y yo hicimos una apuesta. Yo tenía que conquistarte en un mes, si lo hacía, él me perdonaba todas las deudas, si no lo hacía yo le tenía que pagar todo lo que le debía. Así que te invité a salir aquel día en el hospital-le empezaron a salir lagrimas, suspiré pero esta vez por más tiempo- Yo cada vez que estaba contigo me sentía especial, pero yo nunca había sentido algo así por alguien, así que seguí jugando contigo. Hasta el día de la playa, en dónde me di cuenta de que de verdad te amaba, pero era muy orgulloso para decirlo. El día de tu fiesta de cumpleaños me decidí a cortar la apuesta, porque te amaba y no quería seguir jugando contigo. Fui y le dije a Diego en tu fiesta, pero Luna nos escucho. Me dijo que tenía que decirte y que tenía una semana para hacerlo. Yo lo iba a hacer, pero hoy me llamo diciéndome que se notaba que de verdad te quería y que le parecía que lo que había hecho estaba muy mal pero que me daría otra oportunidad y me tendría observado de cerca. Y ahí fue cuando tú escuchaste. – Estaba llorando las lagrimas le corrían por sus cachetes, yo solo espere, me miraba con odio, con dolor.-
-¡TE ODIO!- dijo por fin- Tú nunca me quisiste, yo te amaba ¿sabes? Pero de verdad, no como tú imbécil. Yo pensaba que eras especial, que eras diferente, que al fin había encontrado a alguien que me quería, pero no. Simplemente jugaste conmigo como con una muñeca, pero sabes las personas no son juguetes, no puedes usarlos y luego meterlos de nuevo en una caja.  He sido traicionada por las personas que yo más quería. Luna y tú.
-No metas a Luna, ella sólo quería lo mejor para ti.
-Sí bueno, es verdad. Luna no, pero tú. Me voy. Por si acaso no te has dado cuenta. TERMINAMOS.
Agarro su bolso, abrió la puerta y se fue. Yo sólo estaba parado en mi cuarto me tire a la cama, me puse una almohada en la cabeza y me puse a llorar.

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