DEPRESIÓN:
Me desperté al día siguiente, con la misma ropa de aquel día. Me sentía horrible, había sido completamente un idiota. Me vestí y desayune pero no se no tenía sentido hacer nada ya que ella no me quería, simplemente fui a mi cuarto y puse la televisión los programas no tenpian sentido NADA tenía sentido así que decidí dormir.
Emiliana narra:
Manu, se fue a hablar por teléfono en su cuarto, lo esperé, pero entonces recordé que le tenía que decir que me llevará a casa antes de las 7 porque tenía que llevar a Lu a una fiesta y pues tenía que estar presentable yo también. Cuándo estuve en la puerta escuché las palabras más horrorosas y las que más me habían hecho daño después de las que me dijeron que mi mamá había muerto que escuche en toda mi vida:
Manu, se fue a hablar por teléfono en su cuarto, lo esperé, pero entonces recordé que le tenía que decir que me llevará a casa antes de las 7 porque tenía que llevar a Lu a una fiesta y pues tenía que estar presentable yo también. Cuándo estuve en la puerta escuché las palabras más horrorosas y las que más me habían hecho daño después de las que me dijeron que mi mamá había muerto que escuche en toda mi vida:
- Esa apuesta fue muy estúpida jugar así con alguien tan especial como Emiliana.
Apuesta, apuesta de que apuesta estaba hablando y dijo Emiliana es decir tenía algo que ver conmigo. Sentía cómo la ira se apoderaba de mi cuerpo. Y le dije:
-¿Qué?, Manuel que le dijiste a quién sea que este en el teléfono ¿Apuesta? ¿De qué hablas?
La persona del teléfono le dijo al y él le dijo chao y entonces me dijo:
-Emiliana yo…
-¡No!-le corté lo que me estaba diciendo. ¡NO QUIERO QUE EMPIEZES A EVADIR EL TEMA DICIENDO QUE ME AMAS Y TODO ESO, QUIERO QUE ME EXPLIQUES QUÉ ESTÁ PASANDO! ¡¿OK!?
-Ok- dijo con tono muy triste- Lo que pasa es que-suspiro- yo jugué contigo.
-¿¡Qué!?- dije, no lo podía creer quería llorar, quería golpearlo, lo odiaba, lo detestaba como había podido.- ¡QUÉ TÚ QUÉ!
-Déjame terminar-dijo-, Diego y yo hicimos una apuesta. Yo tenía que conquistarte en un mes, si lo hacía, él me perdonaba todas las deudas, si no lo hacía yo le tenía que pagar todo lo que le debía. Así que te invité a salir aquel día en el hospital-me empezaron a salir lagrimas no podía evitarlo aquello me dolía de verdad, él sólo suspiro- Yo cada vez que estaba contigo me sentía especial, pero yo nunca había sentido algo así por alguien, así que seguí jugando contigo. Hasta el día de la playa, en dónde me di cuenta de que de verdad te amaba, pero era muy orgulloso para decirlo. El día de tu fiesta de cumpleaños me decidí a cortar la apuesta, porque te amaba y no quería seguir jugando contigo. Fui y le dije a Diego en tu fiesta, pero Luna nos escucho. Me dijo que tenía que decirte y que tenía una semana para hacerlo. Yo lo iba a hacer, pero hoy me llamo diciéndome que se notaba que de verdad te quería y que le parecía que lo que había hecho estaba muy mal pero que me daría otra oportunidad y me tendría observado de cerca. Y ahí fue cuando tú escuchaste. – estaba que ardía del odio y así lo miraba aunque también me dolía aquello, me dolía demasiado-
-¡TE ODIO!- dije por fin- Tú nunca me quisiste, yo te amaba ¿sabes? Pero de verdad, no como tú imbécil. Yo pensaba que eras especial, que eras diferente, que al fin había encontrado a alguien que me quería, pero no. Simplemente jugaste conmigo como con una muñeca, pero sabes las personas no son juguetes, no puedes usarlos y luego meterlos de nuevo en una caja. He sido traicionada por las personas que yo más quería. Luna y tú.
-No metas a Luna, ella sólo quería lo mejor para ti.-la verdad era cierto Luna era mi mejor amiga de toda la vida y ella siempre quiso lo mejor para mi-
-Sí bueno, es verdad. Luna no, pero tú. Me voy. Por si acaso no te has dado cuenta. TERMINAMOS.
Agarre mi bolso azote la puerta y me fui. Me fui en taxi ya que el idiota ese me había buscado al colegio. LO ODIO, esas palabras me pasaban por la cabeza, eran las únicas. Cómo se atrevía, cómo podía yo saber que él de verdad me quería y que no era otra de sus mentiras. Al llegar a mi casa mi papá no estaba y sólo estaba Mari que me dijo:
-¿Emi Dios Santo qué te pasa?
-Manuel.
-¿Manuel? ¿Qué paso con él? ¿Te termino?
-No, yo a él.
-¡Qué! ¡¿Por qué?!
-Porque jugo conmigo.
-¡QUÉ TE HIZO QUÉ! LO VOY A MATAR.
-Mari, yo era parte de una apuesta. Yo… sólo era un juego.
-¡OH! DIME DÓNDE VIVE. LO VOY A MATAR. DIME DÓNDE VIVE ESE… ESE… IMBÉCIL.
-Mari, olvídalo el no se merece nuestra atención.
-PERO ES QUE EMI ESTÁS MAL. SOY TU HERMANA TE LO VEO.
-Sí bueno, pero pasará. Me recuperaré y… él sólo será un mal recuerdo.
-Bueno, ¿quieres un poco de helado y ver una película o algo?
-Sí- dije haciendo pucheros-
Después de ese día estuve en depresión, todas mis hermanas estaban conmigo. Mi papá intentaba pasar todo el tiempo que pudiera conmigo también. Me sentía horrible. Lo odiaba tanto.
Sólo esperaba no volver a encontrármelo nunca.
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