lunes, 6 de febrero de 2012

capítulo 5

SEGUNDA CITA:
-¿Entonces ya la conquistaste?
-Creo que si bueno casi.
-Manu que rápido que bueno que pronto se va a acabar esta apuesta.- No lo iba a decir a Diego las cosas que sentía cuándo estaba con ella, seguro era que cuándo estaba con ella comía mal o algo así porque de verdad no puede ser otra cosa si no.-
-Bueno Diego me tengo que ir es que la tengo que ir a buscar para la segunda cita.
-Ok chao brother.
-Chao.
Me puse la ropa me puse perfume me arregle el cabello y la llame:
-Preciosa, buenos días ¿estás lista para nuestra cita de hoy?
-Sip estoy súper lista ¿Qué haremos hoy?
-Sorpresa de nuevo.
-Jejeje espero que sea buena la sorpresa porque si no…
Nos reímos me encantaba oír su risa era como si fuera una droga para mi… ESPERA que estaba diciendo que me gustaba su risa ¡JA!
-Oh, ¿cómo me tengo que vestir hoy?
-¿Te gusta hacer ejercicio?
-De pende de cuál
-¿Te gusta subir montañas?
-Pues ese sí
-Bien entonces ponte ropa cómoda que no temas ensuciar.
-Ok chau te veo en una hora.
-Chao princesa no puedo esperar.
Y  colgó me preparé mi desayuno y a las 11 salí a buscarla. Toque su timbre e inmediatamente abrió la puerta un señor alto y bien parecido con una mirada severa y me dijo:
-¿Que desea?
-Buenos días señor vengo a buscar a Emiliana. ¿Está ella aquí?
-Sí, yo soy su padre Rafael De Córdova. ¿Usted fue el joven que salvo a mi hija?
-Sí, fui yo.
-No sabe lo agradecidos que estamos con usted.  Salvó a uno de nuestros tesoros más deseados sus hermanas también lo quieren mucho a usted, parece un buen chico espero que este cuidando bien a mi hija y confió en que no la lastimara.- Esas palabras fueron como cuchillos afilados que me clavaban en el corazón, me salvó Emiliana que en ese momento salió y le dijo.-
-Papá, veo que ya conoces a Manuel, bueno si no te importa papi vamos a ir a hacer no se que pero me imagino que tiene algo que ver con el ejercicio ya que me dijo que me vistiera así. Chau te quiero.
-Chao hija cuídense.
-Hasta luego señor fue un gusto conocerlo.
Uff menos mal que Emi salió en ese momento porque si no Dios eso fue horrible, tuve un sentimiento que no me dejaba tranquilo era como tristeza o algo por ese estilo,  Emiliana me sacó de mi ensueño diciendo:
-Bueno Manu ¿a dónde vamos?
-Eso ya lo veras.
Le abrí la puerta de la camioneta se sentó y luego yo me metí en el lado del conductor, rió:
-Espero que mi papá no te haya aterrorizado ni nada. A veces es un poco duro, pero es que nos quiere mucho a mis hermanas y a mí.
-¿Cuántas hermanas tienes?
-Tres, yo soy la mayor luego viene Lucía que tiene 15, Mariana que tiene 14 y Lisa que tiene 11. Y claro yo que tengo 16. ¿Tú tienes hermanos?
-No soy hijo único.
-Oh no me imaginaria ser hija única desde que tengo tres tengo hermanas.
Así pasamos el rato hablando de cosas X me encantaba hablar con Emiliana porque era muy simpática y su risa era simplemente hermosa. Por fin llegamos al pie de la montaña era muy hermosa ella dijo que le encantaba y que estaba impaciente por subir:
-Bueno entonces estarás más impaciente de ver lo que te espera arriba.
-Sí tienes razón.
Subimos en silencio, ya que ella insistió que para subir montañas caminar trotar o hacer X ejercicio era mejor estar callado para no desperdiciar fuerzas.
Cuando llegamos arriba le tape los ojos estaba muy emocionada se notaba no sé porque pero cada vez que la tocaba sentía un pequeño corrientazo de seguro es que ella estaba cargada de electricidad.  La lleve hasta la sorpresa y le destapé los ojos y dijo:
-¡Oh Dios mío! Paracaídas ¿Me estás echando broma?
-No esto es enserio.
Nos acercamos y ella aprovecho para agarrar mi mano fuimos agarrados de las manos y el tipo nos enseño como se lanzaba uno y todas las cosas de seguridad, cada uno se puso con su pareja de paracaídas y cuándo íbamos a saltar me dijo:
-Manu sufro de vértigo no creo que pueda hacerlo, estoy aterrada.
-Pero no te preocupes, si no quieres podemos irnos y hacemos otra cosa. Perdón no lo sabía.
-No está bien.- Se quedó callada y yo me le acerque con mi instructor.-
-Mira ¿confías en mí?
-Claro que sí.
-Bueno entonces toma mi mano- la agarro y empecé a contar- Uno, dos y ¡TRES!- dijo conmigo el tres. Y saltamos.Fue muy divertido, ella lo único que hacía era gritar como loca. Nos logramos encontrar y me apretó la mano muy duro yo no la quería soltar pero los instructores dijeron que mejor nos separáramos para poder caer bien.  Caímos sentía mucha adrenalina. Ella sólo se reía, y me dijo:
-Eso es lo más loco que he hecho en toda mi vida.
-Lo sé yo también.
 Me agarró la mano y me dijo:
-Gracias por todo, por ayudarme a vencer mi miedo por salvarme aquella noche.-Dios que le decía ahora.-
-No hay de que princesa- le di un beso en el cachete y ella me lo devolvió.
Nos quitamos toda la protección y todo y nos fuimos de nuevo a mi carro. Nos fuimos a su casa y cuándo la deje en su casa nos despedimos y le dije:
-Espero volver a verte Emi me gusta pasar el rato contigo- Si lo sé ustedes dirán que soy una persona horrible y bla bla bla pero no quería pagarle a Diego. –
-Claro a mí también me gustaría pero está vez seré yo la que haga la sorpresa.
-Ok, cuídate.
-Igual te llamo.
-Ok.

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