jueves, 15 de marzo de 2012

Capítulo 27

CANADÁ:
Bueno, sólo me queda esperar a sí Emi cambiaba de opinión. Deseaba con todas mis fuerzas de que cambiara. Iba a acostarme a dormir cuándo me llamaron.  Número desconocido y al parecer extranjero:
-¿Álo? ¿Quién es?
-Hijo, soy yo tu mamá.
-Ah, hola mamá-dije frío-
-Hijo, te pagamos un pasaje a Canadá que es en dónde estamos tu papá y yo. Tú sólo muestra tu cédula y di que somos tus padres en el aeropuerto. Ya está todo pagado tu vuelo sale en tres horas.
-¡Qué! Pero mamá…
-Nada de peros señorito te me vienes ya.
-Ok,ok.
-Muy bien te esperamos. Chao hijo.
Llame a un taxi y salí de allí a las 6:30. En el taxi me di cuenta de que había dejado la puerta abierta de mi casa y que había dejado mi cargador de teléfono y mi celular se había descargado. No podría avisarle a Diego en dónde estaba. También me preocupaba mucho por Emiliana, que pasaría si intentaba llamarme, rayos. En el aeropuerto comí un sándwich y luego en el avión me dormí enseguida. El viaje se me hizo rápido. ¿Qué querían mis padres?  Después de todo ellos nunca me llamaban ni nada.
Al llegar tome un taxi, y le indique la dirección que me habían dado mis papás. Al llegar vi que era un hotel. Al administrador le dije la habitación y me dio una llave. Al llegar abrí la puerta y me los encontré:
-Hijo-dijo mi mamá abrazándome-  te he extrañado tanto.
-Sí mamá yo a ti.-dije con tono frío-
-Hijo ¿qué tal todo?-dijo mi papá pero está vez me abrazo- yo también te he extrañado.
Esta vez me quede helado y con la boca súper abierta.
-Hijo, te mandamos a traer aquí, porque nos queremos disculpar contigo. No hemos sido los mejores padres. La verdad hemos sido un asco, y no tienes que decir nada.-dijo mi papá-
-Hijo, te amamos, y tú no eres ningún estorbo. Al contrario eres un regalo. Sé que esto no justifica pero, en ese momento estábamos pasando  por gran estrés.-dijo mi mamá-
-Mamá, papá yo también los he extrañado mucho. Pero ustedes me hicieron mucho daño, ustedes decían que yo era un estorbo y hace tres años cuando me decidí mudar sólo, ninguno dio señal de que me iba a extrañar más bien parecían aliviados.
-Lo sabemos hijo, fuimos los peores padres del mundo.
-Eso no lo contradigo. Si tan sólo hubiese tenido una buen figura paterna no hubiese sido tan mujeriego y nunca la hubiese embarrado con Emiliana y todavía seguiríamos siendo novios y…-mis papás me miraban extrañados-
-Hijo ¿quién es Emiliana?-dijo mi mamá con una gran sonrisa-
-Mamá no nos desviemos del tema.
-Lo sé hijo, fuimos horribles padres y disculpa. Pero necesitamos unir de nuevo a nuestra familia.
-Está bien, pero sólo porque son mis papás.
-Gracias hijo-dijo mi mamá que tenía lágrimas en los ojos-gracias por darnos una oportunidad.
-De nada mamá, te quiero mucho.
-Hijo y yo a ti.
Nos abrazamos grupalmente y mi padre dijo:
-Bien hijo ¿quién es esa tal Emiliana?
-Ella es la chica más maravillosa del mundo.
-Cuéntanos Manu-dijo mi madre-
Yo les conté todo, mi madre me miraba primero con desaprobación, pero luego con aprobación mi padre tenía la típica poker face.  Al terminar, mi papá dijo:
-Hijo, ¿ella te gusta de verdad?
 -No me gusta, la amo.
-¡Oh! Hijo estoy segura de que ella cambiará de opinión.
-Eso espero mamá, de verdad eso espero.
-Lo hará, pero deberías llamar a Diego para decirle en dónde estás y que no se preocupe.
-Sí tienes razón-mi mamá me paso el teléfono de la habitación y marque el teléfono de Diego.-Bro, es Manuel.
-Manuel, por fin ¿dónde te metiste? Emiliana te busca como loca.
-¿Emiliana, estás seguro de que es ella?
-Sí ella, está muy preocupada porque no le dijiste a nadie a dónde te ibas. A demás dice que tiene algo muy importante que decirte.
-Amigo, esa es una de las mejores noticias que me han dado hoy.
-Bueno y, ¿dónde estás?
-En Canadá con mamá y papá que se disculparon y la familia está de nuevo unida.
-Qué bueno Manu, te felicito.
-Gracias amigo.
-De nada.
-Bueno amigo tengo que colgar, por favor dile a Emiliana dónde estoy y que volveré, el-miré a mis padres que me hicieron un mañana con la mano- mañana a las- me hicieron un 10 pm- 10 pm.
-Ok le digo y bueno amigo espero que la pases bien con tus padres.
-Gracias chau Diego.
-Chao bro.
-¿Qué pasó con Emiliana?-dijo mi mamá-
-Se preocupa por mí, y le dijo a Diego que tenía algo muy importante que decirme.
-¡Manuel! Tal vez te diga que te quiere.-dijo mi mamá-
-Hijo, no quiero ser aguafiestas, pero también te puede decir que no.
-Lo sé papá, pero tengo esperanzas.
-Yo también hijo, yo también.
-¿Bueno y qué hacemos en Canadá?
-Nosotros tenemos un almuerzo mañana con un cliente. Pero hoy no tenemos nada que hacer así que podemos pasar todo el día juntos-dijo mi mamá con mucho entusiasmo.-
-Qué bueno mamá.
Pasamos todo el día juntos fuimos a la piscina, hablamos mi papá y yo jugamos beisbol por todos los juegos que me prometió y nunca cumplió. Al llegar me dormí enseguida. Me desperté tarde por lo que mis papás ya se habían ido les dejé una nota por sí volvían pero justo cuando estaba saliendo me los encontré:
-Hijito, y eso qué estás aquí.-dijo mi mamá-
-Oh, es qué quiero comprarle algo a Emi.
-¿Te podemos acompañar o quieres hacerlo sólo?-dijo mi papá-
-Me encantaría que me acompañaran.
-¡Qué bueno hijito!-dijo mi mamá-
Nos fuimos a comprar el regalo. Lo bueno es que está vez tenía a mi mamá para ayudarme.
-Tienes una foto de ella.
-No, por mala suerte no.
-Oh qué lástima.  Espero conocerla pronto.
-Yo también espero que la conozcas pronto.
Vimos un montón de tiendas y al final vimos el regalo perfecto, eran unos zarcillos largos, eran de plata con una piedra preciosa en medio y eran de corazón. Eran perfectos para ella. Los pagué y nos fuimos al hotel a empacar ya que pronto tendríamos que ir al aeropuerto era como las 3 pm y el taxi nos buscaría a las 3:15 pm.  Por fin llego el taxi y nos fuimos al aeropuerto. Nuestro vuelo salió a las 4 y llegamos a las 10 en punto, no lo podía creer, era demasiado puntual el vuelo. Buscamos las maletas y cuándo llegue a la recepción me encontré con una sorpresa maravillosa.

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