martes, 13 de marzo de 2012

Capítulo 26

¿DÓNDE ESTÁ MANUEL?
Narra Emiliana:
Corría en la autopista a toda velocidad, mentira 80 km si acaso, me sentía desesperada por llegar cuándo llegue y toqué su intercomunicador nadie contestaba. Así que llame a la conserje y me abrió la puerta. Por fin subí a su piso y empecé a tocar la puerta, y gritaba:
-¡Manu! Ábreme soy yo Emi.
Estaba desesperado, no entendía nada. A demás estaba asustada ¿qué si él no quería abrirme?
Entonces decidí intentar abrir la puerta y lo logré, por alguna razón estaba abierta. Entre y vi que su casa estaba intacta. Fui a su habitación que a diferencia de la sala estaba toda desordenada. ¡O DIOS!  ¿Dónde está Manuel? Su closet estaba abierto y estaba totalmente vacío, ME ESTABA EMPEZANDO A PREOCUPAR MUCHO.  Claro, se me había olvidado llamarlo, le marqué, pero decía que estaba apagado. Creo que llamaría a Diego:
-Emiliana, ¿qué tal todo?
-Diego, ¿Manuel está contigo?
-No ¿por? ¿No estaba contigo?
-Estaba, pero vino a su casa o al menos eso creí hasta que vine para acá y toda su ropa está empacada.
-¿Qué? Guao Emi, no sé en dónde se metió. Pero es raro que se haya ido sin avisarnos.
-Sí lo sé.
-Emi, es mejor que vayas a tu casa yo intentaré contactarlo.
-Diego,-podía confiar en Diego, sí yo creo que sí-¿y si lo perdí?
-¿A Manuel?
-Sí, es que en mi casa casi nos besamos pero le dije que no, entonces él me dijo que me estaría esperando hasta que yo cambiara de idea si es que lo hacía y pues ahora llego y se fue. No me espero.
-Emiliana, no sé a dónde se fue Manuel, pero mi amigo nunca había estado tan desesperado, deprimido y enamorado. Él te ama, de verdad lo hace.
-Gracias Diego, avísame si sabes algo de él.
-Claro Emi, te avisaré.
-Gracias. Chao.
-Chao.
Me fui a mi casa desconsolada. Tenía miedo, si le había pasado algo.
Le conté todo a mi familia y ellos también se preocuparon, pero mi papá dijo que ya que él se quería alejar de mí pues seguro que se fue a algún lugar y no me aviso ya que, estás palabras me dolieron mucho, no éramos nada. Pero era extraño que no le hubiese dicho a su mejor amigo.  Pero era verdad yo sólo podía esperar a lo que me dijera Diego. 

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