sábado, 3 de marzo de 2012

Capítulo 20

SÁBADO EN CASA DE DANIEL:
Ya era sábado, yo me estaba arreglando lo mejor posible, quería que Emiliana me viera bien. Por fin a las 9 me metí en mi carro y empecé a seguir la dirección que Emi me había mandado por mensaje. Cuando llegue vi  una casa grande y blanca. Salí de mi carro y toqué el timbre se oía música muy alta, la fiesta había empezado pronto. En cuanto Daniel me vio me miro horrorizado y dijo:
-¡Tú! ¿Qué estás haciendo en MI casa?
-Bueno, resulta que tu novia Emiliana me invitó.
-Eso es imposible, ella te odia.
-Nop, resulta que ya no. Nos vimos un día en el parque e hicimos las paces-dije con una gran sonrisa en mi rostro.-
-No te creo, y voy a buscarla ahora mismo, para que ella vea lo mentiroso que eres.
-Dale pues.-dije retándolo-
Al poco rato llego él con Emi, ella tenía una gran sonrisa en cuánto me vio dijo:
-¡Manu! Qué bueno que viniste.
- Te dije que vendría Emi.
-Dani, espero que no te moleste, ¿verdad?-dijo ella con su sonrisa, encantadora de siempre, con esa sonrisa sólo daban ganas de complacerla. Ella era perfecta-
-Claro que no me importa, sólo estoy preocupado por ti después de lo que él te hizo.
-Oh Dani, que tierno eres, si es por eso no te preocupes, Manu y yo hicimos las paces, ahora somos amigos, ¿verdad Manu?
-Sí amigos.
Pagaría por poder ver todo el año, la cara que puso Daniel en ese momento. Ja.  Engreído.
-Bueno Manuel, pasa pues.- y añadió a regañadientes-  estás en tu casa-hora de sonrisas hipócritas-
-Gracias Daniel.
Entré Emiliana agarró a ‘’Dani’’ por la mano y empezaron a bailar. Ella lo miraba con amor. Ella lo amaba y él también, en su estilo egocéntrico, pero él no se la merecía. Ni yo tampoco. Ella era demasiado especial, y yo me encargaría de cuidarla. Pero él…él no lo sabe hacer bien. Pero y si no debía, tal vez eso interrumpía su felicidad, tal vez el destino no nos quería juntos, si era así creo que era mejor dejar de pelear, creo que sólo necesitaría una señal, lo que sea si el destino me dejaba una señal, yo pelearía por ella. Creo que mientras debía irme de esta fiesta, después de todo aquí nadie me quería. No quería interrumpir el momento de Emiliana con su novio, así que me monté en mi carro y me fui.

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