jueves, 8 de marzo de 2012

Capítulo 23

LA CITA… QUE NO ERA UNA CITA:
-Vaya amigo te ves mucho mejor desde que te reconciliaste con ella. Pero estoy impactado, nunca pensé que Daniel haría algo así. Es un patán horroroso.
-Sí, que no se me crucé por enfrente porque lo mato, lo prometo lo mato. Ahora voy a llamar a Emi para ver si está bien.
-Vaya bro estás enamorado. Nunca pensé verte así.
-Sí, la amo y mucho, pero ella a mí no, pero pronto me amará porque le demostraré que de verdad me importa mucho. 
-Vaya amigo que bueno me alegra de que este feliz.
-Sí bueno la llamaré
La llame y sonó luego contesto:
-¿Manu?
-Si ese mismo soy yo.
-Hola que gusto hablar contigo.
- Igual, ¿hey tienes algo que hacer después de la uni?
-No ¿por?
-¿Quieres venir conmigo al parque de diversiones?
-Claro me encantaría
-Genial ¿a qué hora sales?
-A la una
-Ok igual que yo, espera iré por ti.
-Okis.
Y colgó.
El día se paso laaaargo, cómo cada vez que quería ver a Emi, pero por fin sonó la alarma y salí disparado a su universidad que no quedaba muy lejos.
Por fin llegue y me bajé del carro la encontré con ÉL peleando:
-Daniel, por favor déjame en paz, si cada vez que te pongas borracho te vas a poner así conmigo…
-Pero Emiliana, yo te amo.
-Y se te nota en la forma en que me pegaste.
-Por favor Emiliana ven aquí y démonos un besito…
-No suéltame, suéltame, suéltame…
Ya no lo soportaba más, me acerqué a él y le dije:
-Ella dijo que la soltaras.
-Y TÚ quien eres para decirme eso.
-Mi novio.-dijo a Emiliana a lo que Daniel y yo nos quedamos helados. Ella me tomo la mano y dijo- Así es y TÚ ya déjame en paz por una vez por todas porque no te quiero volver a ver NUNCA me entiendes. NUNCA. Te lo deletreo si quieres N-U-N-C-A.
-Bueno… está… bien-dijo aún choqueado y mirándome con odio.- Sí así lo quieres.
-Sí así lo quiero.  Ahora si no te importa vete.
-Ok…
Y se fue triste:
-Bueno vamos.
-Claro vamos.- y pasó ese momento incomodo en dónde te das cuenta de que tu ‘’amiga’’ y tú tienen las manos entrelazadas, ella se puso roja y… estoy seguro de que yo también.-
-Lo…lo siento Manu. Es que quería que se fuera.
-Está bien para eso están los amigos no.
-Sí, sí.-Seguimos con las manos entrelazadas, los dos miramos las manos y las soltamos muy rápido y lo peor… RISA NERVIOSA de parte de los dos.-
-Bueno ehm… Ven vamos a mi carro.
-Sí… vamos.
Nos montamos en mi carro todavía en silencio. Pero allí comenzamos una conversación muy animada de cosas variadas.
Cuando llegamos al parque y compramos los boletos, ella parecía una niña pequeña queriendo ir a todos los juegos posibles. Pero antes decidimos comer un perro caliente y de postre un helado que, cómo era una salida de amigos los dos pagamos los de cada uno. Por fin nos montamos, pero ella le tenía miedo a las alturas y gritaba y me agarraba el brazo o me abrazaba, hubo un momento en dónde me tomo la mano y volvió a pasar de nuevo lo de risa nerviosa, etc.
Nos bajamos de uno de los juegos y ella quería algodón de azúcar así que fuimos por uno se lo compró. Al final fuimos al último juego que nos quedaba era la rueda de la fortuna. Nos sentamos y… ella estaba aterrada:
-Emi no importa si no nos montamos en este, entiendo sí tienes miedo. Todo el mundo tiene miedos.
-No… No importa yo… es..es..toy bien.
-Segura.
-Se...Se...Segurísima.
Entonces sólo esperamos a que empezara el juego y cuándo empezó ella me agarró muy fuerte el brazo. Y se repetía a si misma:
-No mires abajo, no mires abajo, abajo sólo hay suelo que es muy duro y… no mires abajo, no mires abajo…
En el momento en que estuvimos en el tope la rueda se… Paró y ella dijo:
-Manu dime que ya estamos en el suelo.
-Ya estamos en el suelo.
-Ahora dime la verdad.
-No la quieres oír.
-Dímela.
-Ok, estamos parados en la cima de la rueda de la fortuna.
-Ay no, ay no.
-Tranquila Emiliana tranquila.
-Vamos a morir. Vamos a morir. Vamos a morir. A morir.
-No Emiliana no vamos a morir. Tranquila ven aquí.
Y le pase el brazo que ella sujetaba por la cintura y le dije:
-Ves jamás dejaría que algo malo te pasara.
-Gracias-dijo con una sonrisa tímida y sonrojada, amaba cuándo ella se sonrojaba se veía tan hermosa.-
En ese momento me le quede mirando como un idiota, ella se dio cuenta y me miro también. Entonces nos acercamos y yo le agarré el cachete y la acerqué mas estábamos a pocos centímetros de nuestros labios y entonces la rueda se empezó a mover de nuevo. ¡Vaya momento en el que te decides mover! Pensé para mí mismo.
Ella se sobresalto y se separó de mí, yo le quité rápido el brazo de su cintura. El resto del viaje en la rueda fue en silencio un silencio muy incómodo.  Todo el viaje fue en silencio por fin al llegar a su casa. Y ella dijo:
-Gracias por esta salida de amigos Manu.
-De nada nos vemos.
-Sí chau.
Y me dio un beso en la mejilla y yo a ella pero de esos de antes en los que no quieres dejar ir a una persona. Me dio una sonrisa y me dijo:
-Hasta pronto.
-Chao.

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