sábado, 10 de marzo de 2012

Capítulo 24


DANIEL… DE NUEVO:
Yo estaba saliendo de mi universidad cuándo de repente alguien me toco el hombro voltee y adivinen quien era… sí ese mismo Daniel:
-¿Qué quieres ahora?
-Quiero que me devuelvas a mi novia.
-No.
-Devuélvemela ya.
-Ella no es un objeto ¿te quedo claro? Ella puede hacer lo que le dé la gana con su vida. Ella decidió estar conmigo ¿me entiendes?
-Colmaste el vaso Manuel.
En ese momento me agarro la camisa y me dio un golpe en la cara. Yo me moleste así que le devolví el golpe y luego le pegue en dónde más le duele y él me dio un golpe en la nariz AUCH, en ese momento alguien me agarró por atrás. Era débil y no me podía arrastrar. Voltee y estaba ella:
-Tu noviecita te vino a salvar ¿no?
-Daniel déjalo en paz ¿quieres?
-No no lo voy a dejar porque lo odio.
-Bien ese es problema tuyo pero NADA se resuelve con violencia me entiendes. Ahora quiero que te vayas y que nunca más te aparezcas en nuestras vidas ¿ok?
-No dejaré de luchar por ti.
-Lo harás si no quieres que llame a la policía.
-Está bien me voy me voy.
-Ahora tú. Ven vamos a mi casa. Te voy a curar esos golpes.
-Emiliana estoy bien…
-No, no estás bien, estás sangrando mucho y me estoy preocupando.
-Bueno está bien. Ven iremos en mi carro si quieres vengo por el tuyo después, pero no puedes manejar así.
Me agarro la mano y me llevo hasta su carro. Todavía tenía el escarabajo morado.  Nos montamos en el carro y ella me dio unas toallitas húmedas que tenía en el carro. Al llegar a su casa abrió la puerta y me dijo:
-No debe haber nadie. Lu  esta en el  colegio, Mari esta en el colegio y Lisa está en clases de baile o y mi papá está trabajando. Así que no espantarás a nadie-dijo y en ese momento rió y yo reí con ella-
-Gracias, de no ser por ti estaríamos muertos los dos.
-De nada, te la debo después de todo lo que has hecho por mí.
-Ese idiota. Te trato como un objeto.
-Mmmmm a que me recordará eso.
Me sentí tan mal, después de que ella dijo eso. No sabía que decir y ella tampoco. Al final dijo:
-Iré al baño a buscar el botiquín espera aquí un segundo.
-Ok.
Se levanto y subió las escaleras para buscar el botiquín, yo me quede en silencio esperándola. Después de todo ella tenía razón.  Por fin regresó y  me empezó a curar mis heridas. Me ardía de vez en cuando y ella sólo decía que pronto acabaría. Por fin termino:
-Uff, gracias Emiliana.
-De nada tontito. ¿Tienes tarea?
-Sí.
-¿Qué tal si la hacemos juntos? Así nos ayudamos mutuamente.
-Ok, me parece bien.
Hicimos la tarea, ella me ayudaba en la mía y yo en la de ella, fue demasiado divertido la pasaba demasiado bien con ella. Terminamos a las 5:
-Emi te quería preguntar algo ¿qué hacías en mi universidad hoy?
-Yo tengo que pasar todos los días por ahí, y hoy te vi ahí peleando con él mientras estaba de camino así que me metí en tu uni.
-Ah ya.
-¿Qué te parece si escuchamos música?
-Buenísimo necesitamos animar esto.
Rió busco su laptop y puso sí Party Rock la canción más vieja de la vida:
-Esa canción es viejísima.
-Cierto, pero yo la sigo amando. Es demasiado buena y por fin puedo hacer sus pasos así que no me importa.
Y empezamos a bailar fue muy divertido cuándo ya se estaba acabando la canción chocamos y nos caímos ella encima de mí.
En ese momento, nos miramos a los ojos, los dos estábamos serios, yo le agarré la cara y nos fuimos acercando poco a poco. Cuándo ya nos íbamos a besar ella dijo:
-No.
-¿No? ¿Por qué no?
-Porque no sé si puedo confiar en ti.
-Pero, Emiliana yo te amo. De verdad te amo.
-Manuel, lo que hiciste me dolió mucho. Demasiado, no sé si pueda volver a confiar en ti. A demás acabo de tener una ruptura un poco fuerte ¿no crees?
-Sí, pero, podríamos intentarlo. Yo todavía siento cosas por ti, ¿Emiliana tú sientes algo por mi?
-Yo… yo… no lo sé. Me confundes Manuel porque me vuelves a gustar, bueno si te soy sincera nunca me dejaste de gustar pero, al recordar lo que me hiciste… no lo sé me confundes enserio.
-Y… sí yo te prometiera que nunca más te hare daño. Qué te amo y que eres lo más importante para mí. Qué eres mi salvación.
- Yo… No lo sé. Entiéndeme es muy duro, como saber que esta no es otra de tus apuestas. Cómo saber que simplemente me dices eso por jugar conmigo.
-¿Puedes confiar en mí?
-No lo sé.
-Ya está eso es todo lo que necesitaba saber. Esa era la señal.
-¿Señal?
-Sí, yo debo alejarme de ti y olvidarte, pienso que es lo mejor para los dos.
-No Manuel, por favor.
-Emiliana te entiendo. Sé que nunca podrás volver a confiar en mí y no te quito razón, pero yo no puedo ser tu amigo. Me duele, me hace daño estar contigo sin poder abrazarte, besarte, consentirte y apurruñarme contigo.
- Está bien. Entonces… ¿es un Adiós para siempre?
-Espero que no. Yo siempre te amaré, sí decides cambiar de opinión, estaré con los brazos abiertos.
-A…Adiós Manuel. Te voy a extrañar mucho.
-No, por favor no digas eso.  Sobre todo, no quiero que te sientas culpable de nada. Yo soy el idiota no tú, ¿ok?
-Ok.
Sin más le di un beso en la frente y me fui. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario